Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 6 de mayo de 2015

Senado vampírico

Marius es quien tiene el poder sobre las normas. He decidido darles a todos un trabajo. Unos serán quienes comuniquen, otros quienes colaboren con libros de normas para vivir y sobrevivir, habrá quienes tan sólo tengan que ayudar a mantener la paz... Marius es para mí un padre. Él debe crear las normas. 


Lestat de Lioncourt


Siempre he pensado que vivir bajo unas normas nos ofrecía ciertas ventajas. Cuando he tenido bajo mi techo a jóvenes pupilos, u otros compañeros más antiguos, he rogado que cumplieran las leyes con las cuales he regido mi vida. Es cierto, que he roto reglas. Sin embargo, lo hice por amor y necesidad. No me siento del todo orgulloso, pero acepto que fue la mejor decisión que he podido llegar a tomar. En estos momentos, tras la reunión de la corte, toda la tribu tiene las normas con las cuales he convivido durante milenios. Son parte de mi. Puedo decir que nuestro mundo posee un trozo de mi alma muy importante.

Sin embargo, me siento angustiado. Lestat parece haberse alzado como un gobernante justo y aplicado. Mis ojos se llenan de lágrimas cuando lo contemplo. Quizás es esa la sensación de los iluminados por un Dios benevolente. Tal vez. Jamás lo comprenderé, pues desconozco la veneración hacia ese tipo de pensamientos para nada prácticos. Pero, en el fondo, siento grandes temores. Dentro de él convive un ser que quiere aprender y comprender. Temo el día que no sea suficiente el cuerpo de mi viejo discípulo, el cual ha llegado a ser un coloso entre los nuestros.

Todos parecemos civilizados. Hemos perdonado a los asesinos de nuestra amada Maharet y su poderoso guardián Khayman. Nuestros ojos se han llenado de lágrimas recordando a Las Gemelas y al hombre que las custodió con cada partícula de su alma. Lestat pidió un minuto de silencio en nombre de los caídos en las Quemas. Amel se sentía terriblemente apesadumbrado, pues según Lestat él no quería causar tanto daño. Sin embargo, sentía dolor y un horror terrible.

Estar reunido junto a todos, compartiendo mis confidencias y sabias palabras, me ofrece una paz que jamás había experimentado. Por primera vez puedo decir que me siento un hijo digno de los Milenios, pues estos me han dado la capacidad de conocer a las hermosas criaturas que me rodean. Incluso Everard me ha tomado del hombro derecho, apretando ligeramente con sus largos y delgados dedos, mientras sonreía al escuchar las normas que escribí en su compañía. Ya no guardamos rencor. La hora de las hachas y el fuego ha terminado. Al menos eso quiero creer. Deseo pensar que la paz ahora gobierna junto a todos nosotros.


La música suena. Notker y los suyos hacen maravillas mientras todos bailamos. Armand parece más hermoso que nunca. Pandora disfruta conversando con Flavius y Arjun. Daniel baila desenfrenado junto a Davis y el texano de Killer. Sevraine, junto a las demás mujeres, conversan en un rincón mientras Louis discute en murmullos con Lestat sobre temas banales. Rose y Viktor están espléndidos. Me siento extasiado ante la belleza de ambos jóvenes. Benji intenta filmar todo para crear un vídeo escueto y propagarlo por todo Internet. Me siento vivo. Sin embargo, como he dicho, una ligera angustia atenaza mi corazón y tengo miedo. Tal vez siento que todo ésto puede desaparecer.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt