Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 16 de agosto de 2015

David Talbot

Daniel ha recolectado parte de su vivencia para hacer una ligera crítica sobre David e informarnos sobre la situación de sus indagaciones en archivos. Se puede mostrar a continuación.
Lestat de Lioncourt


David Talbot siempre me ha parecido un hombre honesto y serio. Conocí a éste sujeto convertido al vampirismo hace algunos años. Había visitado a Marius en nuestro anterior emplazamiento. Detestaba vivir, o sobrevivir, en un lugar tan alejado de la ciudad y rodeado siempre de nieve que parecía eterna. El manto blanco se extendía durante kilómetros, el silbido del viento era la única música constante y mis pensamientos se mezclaban con los terribles sueños que aún insistían en mis recuerdos.

No recuerdo como reaccioné, aunque sí puedo decir que no tuve miedo frente a aquel antiguo miembro de la Orden de Talamasca. Me dejé llevar por su elegante porte y sus modales amables. Se sentó junto a mí contemplando la infinidad de maquetas que me rodeaban. Mis manos eran las de un artesano que se movía entre la muchedumbre de muñecos que acababa de finalizar. Sólo esperaba que se secaran cada uno de ellos. Él me miró sin compadecerme, pero sí sentí cierta esperanza hacia mi pronta mejoría. Marius parloteaba sobre lo sucedido un par de noches atrás. Armand simplemente estaba recostado sobre una enorme silla con el rostro de un ángel, pero los ojos de un demonio. Estaba molesto por lo ocurrido con Santino.

—¿Crees que puedes salir un segundo de tu ensimismamiento?—preguntó hace tanto, pero parece que fue ayer mismo o ésta misma noche—. Sería muy agradable poder hablar contigo—explicó—. Conozco a Louis de Pointe du Lac. Creo que puedo considerarlo un buen amigo—explicó con una sonrisa afable—. Sé que eres un joven luchador y podrás superarlo todo.

—No hablará—explicó Armand—. A mí me detesta, por eso lo traje aquí.

Estaba confundido. No lo detestaba. Sólo me sentía aturdido, preocupado y lleno de temor. Sabía lo que él había hecho con Nicolas al perder el juicio, ¿qué podía esperar yo de él? El mismo trato. Temía que me matara y gritara que había sido un suicido. Tenía miedo de la muerte, por eso estaba en ese estado. Me habían dicho que no moriría fácilmente al ser vampiro, pero había visto lo fácil que fue aquel exterminio de miles. Pude haber muerto.

—Eso no lo sabes—replicó Marius.

Ahora han pasado varias décadas. Estoy frente a él en un enorme despacho. Revisamos los viejos documentos de sus antepasados, pero no los familiares. Hablamos de antepasados de Talamasca. Hemos logrado archivos que se trasladan a varias décadas atrás, mucho más atrás de lo que podríamos haber pensado. Buscamos las actuaciones de diversos directores de la Orden de Talamasca. David desea encontrar el momento exacto donde Raglan fue expulsado, el director James que tomó la decisión y los motivos. Jamás supo cuales fueron los motivos exactos por los cuales tuvo que ser condenado al destierro. El fantasma de Raglan nos persigue desde hace días. Dice que estamos todos en peligro, pero ¿tal vez el peligro sólo lo asecha a él? No lo sé. Yo confío en David. Deseo ser útil. Él confió en mi recuperación, así como Marius, y por eso le tiendo la mano una vez más.

Una ráfaga de aire ha recorrido el pasillo hace unos minutos. David ha mirado éste con nostalgia y ha sonreído como si fuese un niño. No me atrevía a preguntar si había algún fantasma, pues sólo puedo ver algunas presencias y no son del todo claras. Noté que había algo, pero no que podía ser. Tras unos minutos él me lo confesó con una simple frase “A mi madre siempre le gustará pasear por ese pasillo”.

Jamás dejaré de sorprenderme como alguien como él puede ser tan sencillo y cercano. Es un hombre de acción, pero uno sensato. Creo, sin duda alguna, que es una de las mejores creaciones que posee Lestat. Admiro su paciencia e inteligencia. Se nota que su alma no era joven cuando fue creado. Deseo conquistar los misterios del mundo a su lado y al lado de otros tantos.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt