Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mi dulce maestro

Petronia es una mujer fuerte, pero también un alma delicada.

Lestat de Lioncourt


Parezco la reina de hielo. Una mujer completamente fría, frívola y cruel. Él me describió como un ser temible al cual no se puede amar. Tal vez lo merezco. Sin embargo, me abrí a él en los últimos momentos en los cuales decidí ser yo misma. Acepté la fragilidad compleja de mi alma. Mi corazón aún tiembla cuando recuerda el dolor que han tenido que contemplar mis ojos. Deseaba tanto ser la heroína que todos amaran, la mujer perfecta y no el estéril monstruo que jamás sería reconocido por otros.

Me miro al espejo y utilizo mil trucos para endurecer mi mirada, afilar mis rasgos o convertirme en una dama adicta a los negocios, pero sensible ante el arte. Arion me confesó hace tiempo que si sigo admirando el arte, sintiendo el dolor ajeno, es que mi alma no se ha endurecido como mi cuerpo, el cual parece cincelado en mármol.

Mis ojos oscuros, de largas pestañas y perfectas cejas delineadas, ofrecen al que me miran un vistazo al apocalipsis más terrible. Mi cuerpo, esbelto y ligeramente delicado, se oculta tras las chaquetas negras que suelo utilizar. Aunque él, mi dulce maestro, ha logrado verme envuelta en las sedas más delicadas, lino blanco o satén. He aceptado vestir ropa interior de encaje, la misma que lograba realzar ligeramente mis escasos pechos, y mostrarme sensual arrojada en la cama como un animal salvaje. Tengo manos de artesano, pero suaves como las de un artista del piano. Las mismas manos que a veces golpean con dureza el mundo.

Quizás soy cruel porque el mundo lo ha sido conmigo, pero sé que en realidad sólo conjuro esa apariencia esperando que nadie me dañe. He creado un muro alto y torturoso. Me he convertido en algo que no soy. Sólo él, Arion, sabe todo acerca de mi alma. Él posee la calma que yo necesito.


Mi alma se divide en dos grandes amores. Un amor conocido por el arte y la orfebrería, el otro es él. Un hombre que todavía me abraza con la ternura necesaria como para mostrarle mi alma, dejar que el mundo se diluya entre nosotros y nos convirtamos en uno.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt