Esta carta jamás fue recibida. Estaba con las cosas que encontraron de Lasher. Michael me la ha ofrecido como líder ahora que soy de la tribu. ¿Se supone que también lo soy de los escasos Taltos que aún quedan?
Lestat de Lioncourt
Conforme vayas leyendo esta carta irás
comprendiendo todo lo que está pasando. Aunque tal vez es tan
doloroso decirlo que puede que no reúna fuerzas suficientes para
despojarte de la poca calma, o esperanza, que toda vía albergas.
Hace más de un mes que me marché de
casa. No me fui secuestrada, no en ese momento. Yo tomé la decisión
de marcharme para que él no te dañase y tú no lo dañases a él.
Fue una decisión de emergencia y quizá me equivoqué. Sin embargo
en ese momento creí que no podía permitir que muriera. Para mí,
pese a todo, era mi hijo y un hallazgo científico que debía tener
una explicación. Tú sólo querías destruirlo como si no fuese
importante. Tú, su padre.
Desde hace varios meses él contactaba
conmigo. Algunas noches, mientras tú dormías, aparecía a
hurtadillas en la habitación. Se limitaba a observarme y yo podía
percibir sus ojos clavados en mí. Los mismos ojos que ahora están
cerrados en el rostro de nuestro hijo. Él es el mismo engendro que
estaba gestando, el mismo ser que nos unió y mi carcelero.
Para serte sincera he intentado
averiguar qué es. Creo él sabe que no es humano, pero tampoco
comprende bien hasta que punto no lo es. Aún así reunió tiempo,
inteligencia y paciencia para urdir una trama cuyo árbol genealógico
le ha permitido volver a la vida. Ha sido un proceso largo y
dificultoso. Me impresiona. Sobre todo porque aún recuerda su vida
anterior y no para de balbucear sobre un montículo de piedras que
necesita visitar. Actualmente vamos hacia el lugar de sus orígenes.
No descarto la idea que también lo sea nuestro. Si ha desarrollado
esta genética excepcional gracias a la familia implica que nosotros
descendemos de su pueblo, tribu o reducto de seres fuera del marco
humano. ¿Sabes qué significa eso? Que nosotros tampoco somos del
todo humanos. Por eso estoy haciendo estas pruebas en distintos
centros médicos. Él me lo permite.
Es esencial que no me busques. No deseo
ser encontrada. No ahora. Por favor, Michael. No quiero perderlo.
Podría lograr controlarlo e insertarlo en nuestra sociedad, para
poder aprender de él y él de nosotros. Además, te recuerdo que su
cuerpo sigue siendo el de nuestro hijo. ¡Eso es algo que no puedo
olvidar! Tiene tus mismos ojos azules, los cuales me miran
desesperados por amor. Y yo no puedo darle amor, Michael. No puedo
comprenderlo y a la vez estoy intentándolo. Dame otra oportunidad e
intentaré lograr una solución.
Siempre tuya,
Rowan Mayfair
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