Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 7 de junio de 2014

Sympathy for the devil

Este texto es de Memnoch, un texto donde deja caer su rencor en cada recuerdo. 

Lestat de Lioncourt 


—¿Es que no vas a hacer nada?—preguntó frente a su creador—. Hay almas que sufren ¿y no harás nada?—repitió la pregunta frunciendo sus cejas doradas, tan perfectas como sus orbes azules. Apretó el mentón, pues le temblaba de la impotencia, mientras sus puños se cerraban queriendo golpear al omnipotente hombre que estaba echado en la silla, observándolo como si fuera una mosca a la que pudiese arrancar las alas, con una sonrisa leve, ya que se divertía, y los brazos colocados a ambos lados del trono.

—¿Qué quieres que haga mi acusador?—preguntó—. Siempre acusándome, siempre. ¿A caso no crees que tengo derecho a tomar mis decisiones?

—Jugar con tus creaciones no son decisiones, son simples juegos—arremetió contra él sintiendo como todo su cuerpo temblaba de ira, pero también de preocupación.

—Eso crees—susurró.

Ahora, sentado en soledad y rodeado de lamentos, observa su alrededor y siente la misma impotencia. El amor le fue negado, pues su amor por Dios era intenso aunque no ciego, en más de una ocasión. Todos, allí arriba, le negaron su apoyo y él cayó precipitándose a un mundo donde las almas no tienen nombre, rostro y prácticamente quedan sin recuerdos.


—Algún día... —murmuró cerrando sus ojos claros, poblados de pestañas que parecen espigas de trigo, mientras sus cabellos rozan su espalda desnuda de horribles alas—. Lestat... —dijo al notar que despertaba, cosa que le hizo salir de sus pensamientos más íntimos. Sonrió para sí, con cierta malicia, y se encaminó hacia la penetrantes oscuridad, la cual le abrazó, para dirigirse hacia donde se hallaba el vampiro, ajeno a sus planes como él estuvo ajeno a los de su Padre.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt