Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 26 de febrero de 2015

Temor

Pronto habrá algo más de Lasher, pero de momento dejaremos este texto. Esto es un aperitivo para lo que podrán leer el sábado/domingo.

Lestat de Lioncourt 


No concibo el deseo sin ti. No comprendo la vida sin ti. Eres la cerradura que hizo girar la llave, abriendo la puerta y logrando que yo pasara. No comprendo el mundo sin ti. No quiero ver nuevos días sabiendo que me odias. El odio surge del resentimiento, del desafecto, del dolor, la rabia y la ira. No quiero que tú me odies. No deseo que mueras, pero a la vez sé que quizás sea necesario. Soy el monstruo que no has logrado llamar hijo, el amante que te ata la cama y te observa, el carcelero piadoso que canta canciones para que duermas y el hombre que llora aún por todos sus pecados. No quiero el tormento para ti. No quiero morir. Sólo quiero un igual que nazca de tu vientre, otro ser idéntico, que me haga sostener todavía la esperanza. Si yo vine, ella vendrá. Si yo camino, ella caminará. Si yo crecí, ella crecerá. La esperanza se propagará y la felicidad al fin llegará a mi vida. Aprenderé a reír, madre. Seré libre al fin, Rowan.

Esta noche estoy a tu lado. Te he dejado por tres días en esa pestilente cama. He logrado limpiar tu cuerpo, cambiar las sábanas y dar la vuelta al colchón. Podría libertarte y confiar en que no te irás, pero veo en tus ojos el odio y el dolor. La rabia te alimenta, madre. Veo como tus pechos aún tienen leche, pero tu piel me rechaza. Quisiera abrazarte, rogarte que me amaras como a cualquier hijo, pero sé que me odias tanto como a cualquier hombre. No dejas de pensar en él, en Michael. Ruegas porque él venga a salvarte de las garras del monstruo, y, sin embargo, cuando me miras aún quieres creer que puedo cambiar y ser algo distinto. ¿Es un acto de fe?

Quería reír, pero ahora estoy llorando. Lloro porque al recostarme a tu lado siento frío. No está el amor que creí merecer durante años. Lloro como siempre he llorado. Jamás me libraré de las canciones amargas que hacen un nudo en mi garganta. Me lastima saber que nadie en este mundo me extrañará si vuelvo a desaparecer. Quiero tener una hija y que esa hija camine conmigo hacia el valle. Rowan, el valle. Las piedras del círculo. Allí donde los Taltos bailan. Madre, comprende. Necesito una hembra. Necesito tener una hembra.


Mis lágrimas manchan tu pálida piel. Mis manos se deslizan por tu vientre plano y sin vida. De nuevo ocurrió otra desgracia. Madre, ¿algún día podré tener lo que deseo? ¿Y si estamos condenados a esta situación? Recuerdo como Deirdre sollozaba en cada madrugada buscándote, pero pronto las medicinas la dejaron en un estado de limbo. Yo allí fui su consuelo, su dulce recuerdo, el paraíso y la vida misma. Deseo ser tu consuelo y tu vida. Madre, por favor... el cordero ha regresado al rebaño y quiere que le guíes. Guíame hacia la felicidad y dame de tu vientre el fruto que deseo.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt